martes, 24 de enero de 2012

Capítulo V - 1ª Temp.

- La herida es limpia. Si no se infecta, en un par de semanas estará curada, aunque recuperar la movilidad por completo tardará un poco más.

Por suerte era diestro y la flecha le había alcanzado el hombro izquierdo. Los medicamentos habían desaparecido por completo, al igual que todos los avances en medicina, pero sí que había prosperado el conocimiento sobre las propiedades beneficiosas y curativas de determinadas plantas. Un ungüento preparado a base de Salvia y Consuelda con un poco de arcilla y una buena higiene deberían evitar cualquier infección.

 Timy sabía que aquel hombre iba sólo porque él mismo cargaba con el arco y el porta flechas. En caso de ser una emboscada el arquero se quedaría en la retaguardia para cubrir los movimientos de sus compañeros y el asaltante intentaría ir siempre lo más ligero posible antes de atacar. Siempre había sido muy observador y eso le había salvado la vida en más de una ocasión. A la primera oportunidad le lanzaría el puñal que llevaba en la cintura.

Enterraron el cadáver después de registrarle y quitarle todas sus pertenencias. Arco y flechas, un par de machetes, una cantimplora medio vacía, una brújula, un reloj de arena y otras baratijas para comerciar. Nada de comida. Ocultaron de nuevo la plataforma metálica. Aunque nadie más les estuviera vigilando lo mejor era marcharse cuanto antes y no dejar rastro de su paso por allí. No había tiempo que perder y menos para intentar averiguar algo sobre aquello que se escondía en el suelo y que emitía calor. Lo que ellos ignoraban es que tan sólo acababan de descubrir la punta del iceberg.